lunes, 3 de marzo de 2008

Lograron reconstruir los restos quemados de un diario escrito en el Gueto de Varsovia

El relato detalla los acontecimientos ocurridos allí entre enero de 1943 y mediados de 1944.

Por: THE GUARDIAN. ESPECIAL PARA CLARIN

A SALVO. RESTOS DE LOS DOCUMENTOS RESCATADOS POR LOS FORENSES

Es probable que nunca sepamos quién era Débora, por qué decidió registrar el horroroso trato que recibió su familia a manos de los nazis y por qué su amiga, la sobreviviente del Holocausto Lusia Schwarzwald Hornstein, no reveló durante más de 50años la existencia de ese diario quemado.

De todos modos, ahora, y gracias al meticuloso trabajo de los directores del Museo del Holocausto de Estados Unidos, su doloroso relato de vida en el gueto judío de Varsovia es hoy un testimonio vivo de un oscuro período. Este trabajo, que transformó los fragmentos chamuscados en un documento legible, fue presentado a los científicos de la Academia Norteamericana de Ciencias Forenses.

El Gueto de Varsovia fue decretado por los alemanes en octubre de 1940. Llegaron a estar confinadas allí más de 400.000 personas, con un promedio de 7.2 por habitación, mal alimentadas y expuestas a enfermedades. Luego sufrieron deportaciones masivas a campos de concentración y asesinatos.

Los 20 fragmentos, recuperados por Hornstein de la parte trasera de un radiador en el departamento bombardeado de Débora en 1945, detallan los acontecimientos ocurridos en el gueto entre enero de 1943 y mediados de 1944. Su madre intentó evitar que los gendarmes violaran a una jovencita y fue asesinada.

"Como estaban borrachos querían divertirse un poco -escribió Débora en estas páginas-. Mi madre enfrentó a estos criminales. 'Déjenla en paz. ¿Qué cons ciencia tienen para querer aprovecharse de un chica tan joven?' les dijo. La respuesta fue un tiro para mi madre".

Hornstein reveló la existencia de este diario -que estaba envuelto en un periódico polaco fechado el 11 de febrero de 1945- a sus hijos, cuando estaba a punto de morir, en 1998, y les pidió que lo donaran al museo, que lo recibió finalmente en 2002. Hornstein no reveló el apellido de Débora.

Cuando llegó, la mayor parte no podía leerse. Muchas de las páginas habían sido dañadas por el fuego y otras estaban pegadas. El director del museo encargó la tarea de hacer que este diario pudiera volver a leerse. Emily Jacobson intentó primero aplicar luces ultravioletas e infrarrojas sobre las páginas para volver la tinta más visible. Cuando esto no funcionaba probaba con distintos ángulos de luz con manipulación digital de las imágenes para poner al descubierto la tinta.

"Estaba encantada con este inesperado giro de los hechos y fotografié todas las páginas juntas mientras estaban mojadas", explica. Jacobson pasó luego las imágenes digitales a un traductor especializado.

El documento comienza el 4 de enero de 1943, cuando la Gestapo asegura a los judíos que ya no habrá más deportaciones desde el gueto. Pero la parte más conmovedora del relato es el intento de Débora de evitar ser capturada, para lo cual se esconde debajo de una puerta de ventilación del balcón, junto con otras personas. Esta puerta debía ser abierta desde la parte externa para evitar que sus ocupantes se ahogaran. En un momento llegaron gendarmes para registrar la casa. "Si llegamos a encontrar un refugio, te matamos al instante", le dijeron a la madre.

Los soldados se fueron pero nadie acudió a abrir el refugio. La gente que estaba adentro comenzó a ahogarse. "Uno podía cortar el aire con un cuchillo, casi", dejó asentado Débora en estas páginas. "El olor era terrible, gritábamos y golpeábamos nuestras cabezas contra la pared, pero no servía de nada (...) Me dí cuenta de que morir de esa forma iba a ser terrible". Una de las chicas la abrió a los golpes, con la cabeza.

Debora empezó entonces a buscar a su madre pero descubrió que había sido asesinada al intentar evitar la violación. El diario concluye con una descripción del funeral de su madre.

Según Hornstein, Debora escapó del gueto, pero falleció finalmente por una bomba que explotó durante el levantamiento de Varsovia en agosto de 1944.

TRADUCCION. Silvia S. Simonetti

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