Capital de Polonia en la que existió, durante la Segunda Guerra Mundial, el gueto más grande de Europa. Centro judío de importancia, en vísperas de la guerra vivían en Varsovia 375.000 judíos, que constituían casi el 30% de la población total de la ciudad.
Alemania invadió Polonia el 1o de septiembre de 1939. Pocos días después el gobierno polaco huyó de Varsovia y el 28 de septiembre la capital se rindió a los nazis. A fines de octubre Varsovia se convirtió en centro del distrito de la nueva administración civil o Generalgouvernement, con Ludwig Fischer como gobernador.
Tan pronto como Polonia cayó ante a los alemanes, los judíos de Varsovia fueron objeto de ataques brutales y obligados a realizar trabajos forzados.
En noviembre de 1939 las autoridades alemanas dictaron la primera legislación antijudía, que incluía el uso de un distintivo judío (un brazalete blanco con una Estrella de David azul) y diversas restricciones económicas. Como resultado, muchos judíos perdieron toda posibilidad de mantener a sus familias.
Tras la creación de un Judenrat bajo la presidencia de Adam Czerniaków, no se permitió el funcionamiento de ninguna otra institución judía, excepto las asistenciales. La eficiente Sociedad Judía de Ayuda Mutua (ZTOS), financiada por el Joint Distribution Committee, organizó más de 100 ollas populares, creó Comités de Vivienda para aliviar el hacinamiento, estableció clubes juveniles y jardines de infantes y organizó actividades culturales.
En octubre de 1940 se anunció el establecimiento de un gueto judío en Varsovia, el cual fue herméticamente aislado del exterior el 16 de noviembre; en su punto máximo albergó a unos 445.000 judíos. En su comienzo, el gueto abarcaba 380 hectáreas (incluido el cementerio judío), pero su superficie fue siendo paulatinamente reducida mediante la construcción de nuevas murallas.
Ya en la primera etapa, las condiciones de vida fueron intolerables. Entre 6 y 7 personas vivían en una sola habitación, las raciones de alimentos proporcionadas por los alemanes constituían una décima parte de lo necesario, y muchas personas morían a causa de enfermedades, del frío y la desnutrición.
Las transacciones legales del gueto con el mundo exterior eran reguladas por la Oficina Alemana de Transferencia, pero la mayor parte de la actividad económica era clandestina, sobre todo el contrabando de alimentos. La mayor parte de los judíos que sobrevivieron lo lograron gracias a sus ahorros o participando en actividades económicas “ilegales”.
A pesar de las graves penurias, en el gueto de Varsovia se desarrollaba una activa vida educativa y cultural, conducida por organizaciones clandestinas. Funcionaban bibliotecas secretas, se dictaban clases a los niños y una orquesta brindaba conciertos. Destacados escritores y poetas continuaron su trabajo de creación. El Archivo Óneg Shabat, un emprendimiento clandestino liderado por el historiador Emanuel Ringelblum, se ocupó de documentar la historia del gueto de Varsovia y de otras comunidades de Polonia bajo ocupación nazi.
Muchas de las organizaciones clandestinas surgieron de diversos partidos políticos judíos y movimientos juveniles. En marzo de 1942 Itzjak Zuckerman, del movimiento juvenil sionista Dror Hejalutz, intentó unificar a los diversos movimientos dentro de una sola organización de autodefensa. Sin embargo, no todos estaban dispuestos a incorporarse a ella, y en su lugar los grupos de izquierda establecieron el Bloque Antifascista. Esta organización duró sólo dos meses y se desmembró en mayo de 1942, cuando sus dirigentes comunistas fueron encarcelados.
Durante la primera mitad de 1942, las noticias sobre deportaciones desde otros guetos hicieron cundir un creciente pánico. Al mismo tiempo, los nazis comenzaron a efectuar redadas nocturnas, durante las cuales los judíos eran sacados al azar de sus viviendas y asesinados. A fines de julio, los alemanes comenzaron una ola de deportaciones que duró dos meses. Czerniaków se suicidó al ordenársele que ayudara a decidir quién iba a ser deportado. Hasta el 12 de septiembre alrededor de 300.000 judíos fueron sacados del gueto, unos 254.000 hacia el campo de exterminio de Treblinka.
Los 60.000 que quedaron decidieron asumir una actitud diferente y pasar a la resistencia activa. Al comenzar las deportaciones, se había finalmente formado una organización de autodefensa integrada por varios movimientos bajo la conducción de Mordejái Anielewicz, denominada Organización Judía Combatiente de Varsovia (Żydowska Organizacja Bojowa, ZOB).
En enero de 1943 comenzó una nueva oleada de deportaciones. Segura de que se trataba de la liquidación final del gueto, la ZOB se lanzó a la resistencia armada. Tras cinco días en los que fueron embarcados a unos 6.000 judíos, las deportaciones se detuvieron, haciéndoles creer a los judíos que ello se debía a su resistencia. De hecho, el plan alemán había sido deportar sólo a unos pocos miles. Sea cual fuere la verdad, los judíos del gueto creyeron que había una posibilidad de sobrevivir. Los combatientes de la ZOB no compartían esa esperanza: sabían que debían luchar hasta su último hombre, y que su objetivo no era sobrevivir, sino resistir por la resistencia misma.
La liquidación final del gueto de Varsovia comenzó el 19 de abril de 1943.
Los judíos habían sido advertidos y estaban listos en los refugios construidos durante los meses anteriores.
Mientras que la población en general se escondía de los soldados alemanes, los combatientes de la ZOB atacaron a los invasores. Esta acción sin precedentes es conocida como el Levantamiento del Gueto de Varsovia – la primera rebelión de una población urbana en Europa ocupada.
Desconcertados tras varios días de lucha de guerrillas, los alemanes decidieron cazar a los judíos búnker tras búnker e incendiar el gueto. Los integrantes de la ZOB y de la más pequeña Unión Militar Judía (ZZW, del movimiento Betar) lucharon heroicamente pero no tenían posibilidad de resistir al poderío bélico nazi.
El 8 de mayo los alemanes descubrieron y destruyeron el búnker de los líderes de la ZOB, y el 16 declararon que la operación había concluido. Sin embargo, un número de judíos lograron mantenerse ocultos dentro del gueto durante bastante más de un año, y miles de ellos cruzaron al sector polaco de Varsovia en busca de refugio. Muchos murieron en el Levantamiento Polaco en Varsovia de agosto de 1944.
En agosto de 1943, 3.500 judíos de Grecia fueron transportados de Auschwitz-Birkenau a Varsovia para despejar el terreno del gueto y construir un nuevo campo de concentración. Su primera tarea fue la remoción de los cadáveres de los SS y soldados regulares muertos durante los combates. Al hacerlo encontraron, además de pruebas de la masacre, muchos manuscritos escritos en diversos idiomas por las víctimas. También se confrontaron con la satisfacción de civiles polacos que trabajaban junto con ellos por lo que había ocurrido en el gueto.
Tras el fallido Levantamiento Polaco, la ciudad fue arrasada hasta sus cimientos, y más de 150.000 polacos fueron enviados a campos de concentración o de trabajo.
Al acercarse el ejército soviético a Varsovia, en noviembre de 1944, los alemanes eliminaron los restos del gueto y dinamitaron los edificios que aún quedaban.
Los 2.466 judíos griegos sobrevivientes fueron obligados a marchar durante 27 días a Dachau. El 27 de marzo de 1945 fueron evacuados en trenes desde ese campo; el 1o de mayo las tropas norteamericanas los liberaron cerca de Munich.
El ejército soviético liberó Varsovia el 17 de enero de 1945. Alrededor de 300 judíos fueron encontrados ocultos en el sector polaco de la ciudad.
Zadoff, Efraim (Ed.), SHOA - Enciclopedia del Holocausto, Yad Vashem y E.D.Z. Nativ Ediciones, Jerusalen 2004. Basado en: Rozett, Robert & Shmuel Spector (Ed.), Encyclopedia of the Holocaust, Yad Vashem and Facts On File, Inc., Jerusalem Publishing House Ltd, 2000